lunes, 30 de agosto de 2010

¿Cómo pintó el dulce viento Daniela?



Una principesca diminuta llamada Daniela, se preguntaba la manera de poder pintar el escurridizo y dulce viento venido del norte. Un día al jugar a la ronda con Valerosa, su hermana , se dio con la sorpresa de que tenía la honorable labor de no solo cambiar de color al paisaje eterno, al dulce viento, sino cristalizar las gotitas de lluvia del día anterior.

Esta dulcinea encantada llego de parajes lejanos. —de un lugar llamado Peruviano.— ciudad natal donde aun viven mami tatis y papis ujin ujón tiernos abuelitos que le envían gotitas de esperanza y la alientan a seguir en su honorable  labor.

Para esta heroína de rizos cortos y alargados  llegar desde tan lejos a un recóndito paraje de Majas y Toros no fue fácil. La  travesía de  cruzar  mares, montañas y ríos solo muestra su inagotable valor  tan solo para pintar al viento. al escurridizo viento.

Ella siempre busco el color debajo de piedritas, en la agüita de lluvia y en las plumitas del matutino Gorrión cantor. Pero nunca lo encontró

Su papi de alargados quijotes color azul le dijo: si deseas con todo tu corazón encontrar los colores primero encuentra la voz de la mañana..[..]


Su hermana Valerosa que rompió por accidente su muñeca le dijo: ¿ que te parece si le pedimos consejos a doña luna?. Y así lo hicieron. Esta adorable dulcinea siempre le pregunto como podría pintar el viento y cambiarle el color al sol pues éste mandaba rayitos de sol color tristeza. En estos parajes remotos esta inusual princesa encontró al fin el color adecuado.  Dar pinceladas al mágico viento siempre fue su objetivo. Su paleta reflejaba  hoy  lo que siempre estuvo  buscando.

Durante su sueño ella tararea cánticos al bosque de hojas, al sol de la tarde, y alguna que otra mosquita intrusa para que le ayude a encontrar al viento y así poder pintarlo.

Ella le robo los colores al bosque invisible pero un gorrión astuto y desordenado dijo: pintaras el viento solo cuando las palomas estén pleno vuelo y escuchen los delicados sonidos de tu flauta.

—Y así lo hizo.—

Así es como nuestra querida Daniela consiguió cambiar el color al eterno y cálido viento.

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